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viernes, septiembre 26, 2025

Comienza la búsqueda de naves espaciales de otras civilizaciones

Mientras el gobierno americano abre una nueva oficina de investigación de fenómenos aéreos no identificados, Avi Loeb nos explica el equivalente científico civil: el Proyecto Galileo.

Hay dos categorías generales de objetos interestelares que podríamos encontrar en el sistema solar. Una es la basura espacial, como la nave Voyager perdida en el espacio interestelar dentro de mil millones de años: desgastada, muerta, pero, aún así, todavía un endeble monumento de nuestra civilización tecnológica. La segunda categoría es la de los artilugios que funcionan con inteligencia artificial, a los que me gusta llamar «astronautas de inteligencia artificial», que buscan información y reflejan el proyecto de sus remitentes.

El objetivo final del Proyecto Galileo es eliminar el término Fenómenos Aéreos No Identificados de nuestro léxico, aclarando la naturaleza de todos los objetos que vemos en el cielo.

Uno esperaría ingenuamente que hubiera muchos más objetos desechados que objetos funcionales y muchos objetos más pequeños que grandes. Pero ésta no es siempre nuestra experiencia cuando caminamos por un bosque y exploramos lo que la naturaleza nos ofrece. Las naves espaciales autorreplicadas podrían ser los objetos más abundantes, y su tamaño será dictado por la maquinaria que usen para replicarse, como las creaciones biológicas.

El camino para descubrir la realidad cósmica en la que vivimos es mirar hacia arriba. Los filósofos que condenaron a Galileo Galilei a un arresto domiciliario y que hoy lo habrían cancelado en las redes sociales, nunca podrían haber diseñado una misión espacial a Marte porque creían “saber», sin mirar, que la Tierra está en el centro del Universo.

minamos por un bosque y exploramos lo que la naturaleza nos ofrece. Las naves espaciales autorreplicadas podrían ser los objetos más abundantes, y su tamaño será dictado por la maquinaria que usen para replicarse, como las creaciones biológicas.

 

El camino para descubrir la realidad cósmica en la que vivimos es mirar hacia arriba. Los filósofos que condenaron a Galileo Galilei a un arresto domiciliario y que hoy lo habrían cancelado en las redes sociales, nunca podrían haber diseñado una misión espacial a Marte porque creían “saber», sin mirar, que la Tierra está en el centro del Universo.

placeholderEl Voyager está destinado a ser una reliquia espacial que podría ser encontrada por otra civilización igual que nosotros podemos encontrar otras

El Voyager está destinado a ser una reliquia espacial que podría ser encontrada por otra civilización igual que nosotros podemos encontrar otras

Como celebración de la intuición de Galileo, dirijo el proyecto que lleva su nombre, que cofundamos con el Dr. Frank Laukien, académico visitante del Departamento de Química y Biología Química y miembro de la Iniciativa Orígenes de la Vida de la Universidad de Harvard. El Proyecto Galileo evita el error estratégico de dar por supuestas las respuestas de antemano, utilizando telescopios para recoger nueva evidencia científica sobre objetos interestelares anómalos — como `Oumuamua — o Fenómenos Aéreos No Identificados (UAP en sus siglas in inglés), como los mencionados en el informe de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) al Congreso [de los Estados Unidos]. El objetivo final del Proyecto Galileo es eliminar el término UAP de nuestro léxico, aclarando la naturaleza de todos los objetos que vemos en el cielo. El Proyecto es agnóstico en sus resultados. Si todos los objetos anómalos son de origen natural, como pájaros, meteoros y fenómenos atmosféricos, o si son de origen humano, como drones, globos meteorológicos, aviones o satélites, que así sea. No importa lo que el proyecto encuentre, servirá a la sociedad levantando la niebla del desconocimiento y permitiendo que la conversación avance sobre la base de nuevos conocimientos científicos.

Pero existe otra posibilidad. Si se comprueba que aunque sea un solo objeto tiene procedencia «extraterrestre» — la expresión utilizada por la Directora Nacional de Inteligencia de los EEUU Avril Haines en el Foro Ignatius celebrado en la Catedral Nacional de Washington el 10 de noviembre de 2021 — este hallazgo puede tener consecuencias dramáticas para el futuro de la humanidad. Cuando le señalé a Avril, que estaba sentada a mi lado en la Catedral, que no me gusta la ciencia ficción porque sus argumentos suelen violar las leyes de la física, me contestó: «Tenemos que trabajar en ti, Avi».

Debemos utilizar la evidencia y la curiosidad infantil, no nuestro ego adulto, como el faro que nos libere de la oscuridad de nuestra ignorancia.

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