Científicos revelan que 2 animales del mar se adaptaron tanto al océano que ya no podrán volver a la Tierra
La evolución de estos mamíferos, en concordancia con la Ley de Dollo, demuestra cómo las especies se ajustan a su entorno a través de cambios irreversibles en su morfología y funciones biológicas. Este fenómeno subraya su fuerte vínculo con el océano, lo que los hace especialmente susceptibles a las variaciones en su hábitat natural.
Los delfines y las orcas ejemplifican cómo la evolución altera de manera permanente a las especies para adaptarse a su entorno. Según la Ley de Dollo, las transformaciones evolutivas complejas, como las que han experimentado los cetáceos, son irreversibles y no pueden deshacerse.
Según el estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B, los antecesores de estos mamíferos abandonaron la vida terrestre hace aproximadamente 50 millones de años, cuando los antiguos mesoniquios, un grupo de mamíferos terrestres, comenzaron a adaptarse a los ambientes acuáticos.
Destaca además que la evolución de los mesoniquios hacia los cetáceos no fue un camino directo, sino que incluyó varias especies intermedias, como el Pakicetus y el Ambulocetus, que combinaban rasgos terrestres y acuáticos. Estos fósiles ofrecen un impresionante registro de cómo las presiones del entorno y los recursos disponibles en los ecosistemas acuáticos influyeron en su adaptación.
Orcas y delfines han desarrollado características únicas, como pulmones especializados y cuerpos diseñados para nadar largas distancias.
La Ley de Dollo: cuando la evolución no tiene vuelta atrás
La Ley de Dollo, formulada por el paleontólogo Louis Dollo, establece que un organismo que ha alcanzado un nivel avanzado de especialización no puede revertir su evolución a formas ancestrales. Este principio explica por qué orcas y delfines, cuyos ancestros eran mamíferos terrestres hace 250 millones de años, han perdido por completo su capacidad de regresar a tierra.
Bruna Farina, investigadora de la Universidad de Friburgo, afirmó: “Una vez que los cetáceos superan el umbral crítico de adaptación acuática, su evolución sigue un camino sin retorno”. Esta dependencia al océano los hace especialmente vulnerables a cambios climáticos y alteraciones de su hábitat.
Resumen de la filogenia de los mamíferos, agrupada por órdenes, y que muestra cómo se clasificaron.
Adaptaciones marinas extremas en orcas y delfines
El paso evolutivo hacia la vida marina transformó sus cuerpos: las extremidades se convirtieron en aletas, desarrollaron pulmones especializados para largas inmersiones y una dieta exclusivamente marina. Estas adaptaciones, esenciales para la vida en el océano, han hecho imposible su supervivencia en ambientes terrestres.
Sin embargo, estas especializaciones son una «trampa evolutiva», como lo describe el investigador Virag Sharma. Los cetáceos, al depender completamente del océano, están expuestos a amenazas como la contaminación, el calentamiento global y la sobreexplotación de los recursos marinos.
¿Qué es la ley de Dollo?
La Ley de Dollo fue formulada por el paleontólogo belga Antoine Dollo a finales del siglo XIX. Según esta ley, «un organismo no puede volver a un estado evolutivo anterior». Es decir, las especies no pueden retroceder en el proceso evolutivo para recuperar una característica que se había perdido en generaciones previas. Dollo observó que las adaptaciones y cambios evolutivos ocurren en una dirección irreversible, lo que significa que una vez que una característica se pierde o cambia, no puede ser recuperada exactamente como era antes.
Esta ley se basa en la idea de que la evolución es un proceso irreversible y que los organismos no pueden «deshacer» sus adaptaciones pasadas, aunque pueden adaptarse a nuevos cambios en su entorno. Por ejemplo, si una especie pierde una habilidad o un rasgo específico (como alas, garras, o cualquier otra característica evolutiva), no puede «recuperarlo» más tarde de la misma manera en que lo tenía antes.
Aunque la Ley de Dollo fue influente en los primeros estudios de evolución, hoy en día se sabe que no es una regla estricta. Existen ciertos casos en los que los organismos parecen haber «recuperado» características perdidas a través de procesos como la reactivación de genes ancestrales, pero en términos generales, sigue siendo una referencia importante para entender la irreversibilidad en los procesos evolutivos.