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sábado, agosto 2, 2025

El iceberg más grande del mundo avanza hacia las Islas Georgias: ¿Qué implica su recorrido?

Un coloso helado, con una superficie de 3.600 kilómetros cuadrados, navega lentamente hacia las Islas Georgias del Sur. Identificado como A23a, este iceberg representa no solo un desafío para la navegación marítima, sino también un fenómeno natural que plantea interrogantes sobre sus posibles impactos en el ecosistema.

En las frías aguas del Atlántico Sur, el iceberg más grande del mundo avanza a la deriva. A23a, desprendido de la plataforma antártica Filchner, ha recorrido 117 kilómetros en los últimos días, acercándose a las Islas Georgias del Sur. Su trayectoria está siendo monitoreada por la Prefectura Naval Argentina, mientras los científicos analizan qué consecuencias podría tener su presencia en la región y cómo evitar riesgos para las embarcaciones que cruzan su camino.

¿Cómo se formó el iceberg A23a?

El origen de A23a se remonta a 1986, cuando el iceberg A23 se separó de la plataforma de hielo Filchner en la Antártida. Tras dividirse en tres fragmentos, A23a quedó encallado durante más de tres décadas en el lecho marino del Mar de Weddell, retenido por la Corriente Circumpolar Antártica.

Fue en 2022 cuando logró liberarse y comenzó su lento desplazamiento hacia el Atlántico. Ahora, con una altura de 400 metros (40 sobre la superficie y el resto bajo el agua), se acerca cada vez más a las costas de las Islas Georgias.

Monitoreo y medidas preventivas

La Prefectura Naval Argentina ha desplegado un monitoreo constante utilizando imágenes satelitales del Sistema Guardacostas para advertir a las embarcaciones de la región. Dado que es temporada alta de cruceros, con más de 500 barcos proyectados en la zona, el riesgo de colisiones es alto si no se toman precauciones.

El prefecto Roberto Fernández aclara que el riesgo principal es para las embarcaciones que viajen a gran velocidad, ya que el iceberg no impactará contra las islas, sino que, de llegar, simplemente se «recostará» sobre sus costas debido a su lento movimiento.

Impacto ecológico y científico

A23a es un recordatorio del ciclo natural de vida de los témpanos, aunque todavía no se sabe si su desplazamiento está vinculado al calentamiento global. Los científicos trabajan para entender cómo afectará este coloso de hielo al ecosistema local y a la fauna marina de la región.

Su paso podría alterar la temperatura del agua y modificar hábitats marinos, pero también ofrece una oportunidad única para estudiar los procesos glaciológicos y los efectos del cambio climático en los témpanos antárticos.

El iceberg A23a no solo desafía a los navegantes, sino que también abre una ventana al pasado y al futuro de las dinámicas polares y su influencia en el resto del planeta.

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