Religión y ciencia irán de la mano para conocer más de cerca a Bennu, de 78.000 millones de kilos y 500 metros.
Es uno de los asteroides más peligrosos que existen y su destino podría ser la Tierra. La NASA se ha unido a los astrónomos del Vaticano para estudiar a Bennu, que pesa 78.000 millones de kilos, viaja a 100.000 kilómetros por hora, mide 500 metros y podría impactar contra nuestro planeta. Eso sí, las probabilidades son bajas: una entre 2.700.
Así pues, religión y ciencia se han dado la mano para analizar unas muestras del enorme asteroide, que en el caso de llegar a la atmósfera lo haría dentro de más de 100 años, en 2180. La Agencia Espacial estadounidense ha tomado muestras del asteroide con la sonda OSIRIS-REx, que llegarán en tan solo cuatro días, y serán analizadas por expertos de ambas instituciones.
Será el hermano Robert J. Macke, astrónomo del Vaticano y experto en meteoritos, el que se encargue de analizar las rocas sustraídas de Bennu, ya que parecen estar compuestas por extraños materiales. La nave espacial no tripulada OSIRIS-REx se lanzó en 2016 y será en los próximos días cuando regrese con las piedras obtenidas, lo equivalente a una taza.
Pero la cosa no queda ahí. Este fraile es quien ha inventado y construido la máquina que va a medir las muestras del asteroide. El hombre tiene un canal de Youtube, donde explica cómo lo ha construido. Según la agencia estadounidense, Macke ha pedido no cobrar ni un solo euro en esta misión porque lo hace por vocación.
La idea final es contar con hallazgos que hagan entender más sobre cómo están formados los asteroides en el espacio y de qué. «Nuestro trabajo es examinarlo y descubrir qué hay allí. Estamos tratando de responder algunas preguntas básicas como, ¿hay más de un tipo de roca dentro? ¿O es todo el mismo tipo de roca? Por lo que vimos en la superficie del asteroide Bennu esperamos encontrar dos y tal vez más», ha comentado Macke a una publicación religiosa.
