El aditivo ya se ha utilizado con éxito en algunos estados del norte del país y además de ser una opción sustentable, también representa un ahorro en costos.
Los “baches” son uno de los principales problemas que enfrentan tanto conductores como las autoridades responsables del desarrollo urbano, ya que factores como la erosión del suelo, la temperatura ambiente o la lluvia pueden desgastar el pavimento y provocar grietas profundas que perjudican la vialidad de las carreteras y calles.
Este problema fue identificado por el joven mexicano, Israel Antonio Briseño, que comenzó a trabajar en la creación de un pavimento “antibaches” desde su etapa de estudiante de Ingeniería Civil en la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC).
En 2019, el joven ingeniero logró registrar ante el IMPI (Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial) el prototipo de Paflec (Pavimento Flexible Capaz de Regenerarse), el cual consistía en un aditivo para asfalto hecho con llantas recicladas que tiene la capacidad para regenerarse a partir del contacto con el agua, lo que representa una alternativa para eliminar los baches de forma práctica tras las lluvias.
Al concluir su tesis y demostrar la originalidad de su producto, Paflec podría ser catalogado como invento a nivel internacional. Si bien ya existen asfaltos con la capacidad de regenerarse, el producto del mexicano es el único que de momento utiliza el agua y el carbono para su proceso de regeneración.
¿Cómo funciona el pavimento “antibaches”?
La tecnología detrás de este polvo de carbono se centra en su capacidad para interactuar con el agua. Cuando el asfalto tratado con este material entra en contacto con el agua, se desencadena un proceso que ayuda a cerrar las grietas, manteniendo la superficie de la carretera en mejores condiciones por más tiempo.
“Esta invención es la reformulación de mi proyecto original, ya que primero consideré el asfalto y otros aditivos, pero cuando observé la posibilidad de usar neumáticos de goma que contaminan nuestras ciudades, decidí mejorar mi proyecto”, explicó el ingeniero mexicano a la Fundación James Dyson que se encarga de apoyar proyectos de jóvenes mexicanos.
Además, la implementación de este material no requiere cambios en los equipos o procedimientos actuales de pavimentación, lo que facilita su adopción en proyectos de infraestructura ya existentes. Según información del sitio Paflec México la cantidad necesaria del aditivo para funcionar es de 60 kilogramos por cada tonelada de asfalto.
El uso de este material no solo busca mejorar la calidad de las carreteras, sino también ofrecer una solución más sostenible y económica a largo plazo. Al permitir que el asfalto se autorrepare, se reduce la necesidad de reparaciones frecuentes, lo que podría traducirse en un ahorro significativo en costos de mantenimiento para las ciudades y una menor interrupción del tráfico.
“Usualmente una carpeta asfáltica tiene una duración entre los tres y cinco años, pero si agregamos PAFLEC tiene la propiedad de durar el doble de años de vida porque las fisuras que usualmente aparecen se van a regenerar”, comentó Briseño en una entrevista para Milenio.
La implementación del invento en calles mexicanas
Luego de que el invento del mexicano tuviera ganara el primer lugar en el prestigioso concurso James Dyson-México en 2019, el Gobierno Municipal de Camargo, Chihuahua, usó Paflec con resultados favorables en las vialidades principales del municipio mexicano, por lo que compartió su recomendación a otras entidades por medio de un oficio.
Actualmente el aditivo creado por Israel Briseño ya se ha utilizado en calles de Campeche, Campeche; Mérida, Yucatán; Playa del Carmen, Quintana Roo, así como en Gómez Palacio, Durango y Torreón, Coahuila, su ciudad de origen.
De momento, la forma más sencilla de adquirir el aditivo es mediante la página de Facebook oficial de Paflec México aunque entre las aspiraciones del ingeniero mexicano se encuentra exportar su producto a otros países como Estados Unidos, Canadá, Colombia y El Salvador.